Dios prospera nuestro camino y nos hace dichos cuando oímos su voz, cuando no nos apartamos para tomar otro camino contrario a su propósito.
Dios da contentamiento a quienes guían su vida mediante la su Palabra, y mediante la dirección del Espíritu Santo, a los que desprecian caminar por caminos torcidos, es decir, aquel cuyo comportamiento glorifica a su Creador y Salvador.
Sólo puede ser feliz el que almacena en su corazón y en su mente el consejo de Dios, y desprecia la palabra de quienes piensan y actúan contra Dios. Debemos caminar con Dios, con su voz por delante y conforme a las intenciones de su corazón. La Palabra y propósito de Dios harán que nuestra vida sea exitosa con el éxito divino.