Debemos buscar siempre el perdón y la protección en Dios

El reconocimiento de nuestras maldades es fundamental para recibir el perdón y la fortaleza, eliminar de nosotros la actitud de autosuficiencia es necesario para recibir el apoyo divino en nuestras aflicciones.

«Aun nuestro esfuerzo para estar firmes ante el pecado y frente a las tribulaciones es debilidad, por eso debemos buscar siempre el respaldo de Dios para que nuestro trabajo no sea en vano. Dios nos fortalece y nos perdona, porque así es su gracia para los que en humildad y confianza lo buscan.»

Dos de las principales plegarias se cruzan siempre que en confianza apelamos a la misericordia de Dios;

la búsqueda del perdón, y el auxilio divino en nuestras aflicciones. Esta será siempre nuestra lucha en la vida hasta que seamos glorificados, mientras tanto, el pecado será una de las razones principales para buscar la intervención de Dios, porque el perdón es necesario, pero también la fortaleza, para que de ese modo también estemos firmes ante las tribulaciones.

Aunque el pecado ha perdido fuerza sobre nosotros, aun nos zarandea, pero Dios siempre nos ofrece su gracia, para restaurarnos  y para ayudarnos a estar firmes en nuestro esfuerzo por vivir a su agrado. Nuestra dependencia de Dios debe ser siempre, pero también, nuestro esfuerzo por mirar que no caigamos, y para no desanimarnos en las adversidades, aunque si así sucede, contamos con la gracia de Dios, porque esa es la asistencia de divina en su respaldo a nuestra vida, hasta que llegue el día glorioso de Cristo.

La justificación propia de nuestras faltas y la queja ante las tribulaciones no sirve de nada, es más, todo se empeora, porque esta actitud nos es de humildad ante la búsqueda del favor inmerecido de Dios, porque esto es su gracia, nada merecemos, sin embargo, Dios nos atiende con bondad y misericordia, pero debemos dejar la soberbia, ya que Dios sólo da gracia a los humildes.

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