Nada ni nadie pueden impedir o detener lo que Dios ha decretado como bendición para su pueblo y para sus hijos, porque Él nunca pierde el control y su poder supera todo cuanto existe. Todo lo que Dios determina hacer es bueno en la vida de su pueblo, porque incluso, cuando Dios manifiesta sus juicios no queda ausente su gracia y misericordia, pues siempre nos da la oportunidad del arrepentimiento para perdón y restauración.
«El poder de Dios está activo en todas partes, por eso en cualquier lugar y en cualquier momento podemos ser atendidos y protegidos con certidumbre, porque nuestro corazón siempre dependerá de Dios cuando nuestro conocimiento sobre Él es el correcto y lo consideramos necesario. Nuestro conocimiento de Dios mantiene una fe activa y perseverante en cualquier circunstancia.»
Como nada limita e impide la presencia de Dios debemos estar en calma, porque está a nuestro lado en este preciso momento rigiendo todas las cosas con su poder infinito, y dirigiendo todo conforme a su determinación, con propósitos que nos benefician y que le glorifican. Por eso debemos siempre estar prestos a la voz de Dios y a su voluntad de manera obediente. Busquemos la comunión con Dios a través de todos los medios espirituales, pero siempre centrados en Cristo, disfrutando el evangelio y todas las promesas.
No caigamos en una condición de vida desdichada e improductiva, porque si estamos seguros que Dios lo controla todo, es porque es dueño de lo que existe y también lo puede hacer todo. Por lo tanto, debemos implorar a su gracia diligentemente para que nuestras necesidades sean suplidas. Dios tiene todo a la disposición de quienes se acercan a él confiando en Cristo como el Señor y salvador, porque a través de el es bondadoso y nos ofrece todas las cosas.
Por esto mismo, es necesario que toda nuestra vida se muestre agradecida con Dios, lo cual es también motivo de regocijo, porque cuando reconocemos las bendiciones de Dios no faltará la alegría en nuestro corazón. Recuerda que si Dios hace lo que quiere, hará lo mejor en nuestras vidas. Ser agradecidos es ser files en lo que poseemos por la gracia de Dios, así Dios nos dará más bendiciones y nos permitirá abundantes frutos en su reino. Hoy debemos glorificar a Dios porque es dueño de todo y porque el bien que quiere para nuestra vida lo hará sin que nadie pueda impedirlo.