Adquirir sabiduría es conocer de Dios y conocerlo a Él, manteniendo una relación dedicada en obediencia y adoración. Ser sabios es andar en obediencia voluntaria y guiados por la palabra de Dios.
El valor de la sabiduría está por encima de toda posesión material, porque el que es sabio teme a Dios, y el que teme a Dios siempre tendrá sus bendiciones y su honra. Quienes solo se dedican a buscar bienes materiales, sin aprender sobre lo fundamental de la vida, que es temer a Dios y andar en sus caminos, estarán carentes de lo más elemental, y por lo tanto, la vida no les sabrá bien, ni en el presente, ni en el futuro, y tampoco sabrán sacarle provecho a los días.
La sabiduría está personificada como la que debe ser amada, porque el ser humano sabio amada a Dios por sobre todas las cosas, pero también la sabiduría protección, ya que la persona que posee sabiduría pone su cuidado en las manos de Dios, quien es el refugio seguro de los que en Él confían y le claman en la angustia.