Dios sabe cuáles son nuestras necesidades y trata con nosotros de la mejor manera.
Dios hace que nuestras vidas aun en las largas y complicadas jornadas siempre encuentren un lugar en Él para recuperarnos y para descansar en completa quietud y teniendo toda la provisión.
Dios tiene lo que nuestra vida necesita, por eso nos ofrece el trato cual pastor amoroso que tiene cuidado de sus corderitos. Debemos poner nuestra vida al cuidado de Dios, porque sólo por Él podemos ser sustentados para mitigar todas nuestras necesidades, tanto materiales como espirituales.
Si vamos solos iremos por caminos pedidos en donde seguramente no hallaremos el lugar adecuado, provisto y seguro para descansar, porque no podemos alimentarnos de cualquier cosa y estar en condiciones de vida. Como ovejas somos muy frágiles y delicados para valernos por nuestras propias capacidades y recursos, es por eso que se hace necesaria la presencia del Dios el buen pastor en nuestras vidas.
Debemos oír la voz de Dios que nos guía por el camino del bien, porque yendo con Él no nos faltará lo necesario. Esto implica un andar en confianza y en obediencia, confianza en la misma palabra que registra promesa y mandamientos para guardarlos y vivir. Nunca estaremos mejor que en los pastos verdes, nutritivos y en las corrientes de aguas frescas y tranquilas que Dios nos ofrece.