¿Este texto bíblico enseña que se puede perder la salvación?

Este versículo no se refiere a la perdida de la salvación por descuidar la salvación como tal, más bien es la perdida de la salvación por descuidar y despreciar el mensaje del evangelio. El que desprecie el mensaje de la salvación no se libra del Juicio eterno.

No se debe tener en poca estima el sacrificio de Cristo, porque él es el autor de la salvación, ni se puede desechar el propósito de Cristo al venir a este mundo para liberar a la humanidad de la esclavitud del pecado, debemos aceptar el ofrecimiento gratuito de la salvación.

La salvación para nosotros es gratuita, pero a Cristo le costó su vida, por eso el mensaje central  de este texto es una advertencia. Dicha advertencia no es en razón de descuidar la salvación y perderla, más bien se refiere, a no desechar el mensaje del evangelio de Cristo, lo cual significaría la perdición y condenación eterna. El que no atesora el mensaje de la buena noticia de salvación no podrá ser salvo, y por lo tanto no podrá escapar de la ira de Dios.

Hay algunas preguntas que podemos hacernos y que nos ayudarán a confirmar el verdadero sentido de esta porción. ¿Puede una persona que es hijo/a de Dios dejar de serlo? ¿Se puede borrar el sello del Espíritu Santo con el que somos sellados para salvación? Realmente quien es salvo por la gracia, es la misma gracia que lo hace perseverar, lo santifica y lo transforma a la imagen de Cristo.

Los que piensan que es absurdo hablar de que la salvación no se pierde, porque eso implicaría que uno puede hacer lo que sea total ya se es salvo, están equivocados. La presencia de la salvación produce gratitud, es un cambio de vida, es un volverse a Dios. El que es salvo no está pensando en irse al mundo y pecar, más bien sirve a Dios por agradecimiento, y es movido por la presencia del Espíritu Santo a perseverar hasta el final

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