Necesitamos conocer la palabra de Dios, para vivirla, para que se encarne en nosotros y mediante ella seamos transformados y guiados conforme a la voluntad divina como parte de nuestra salvación, y no es que nos salvemos por nuestras obras, más bien es que el gozo de la salvación nos hace deleitarnos y basar nuestras obras en los mandamientos de Dios.
«Cuán necesario es para nosotros hacer también esta humilde oración sobre el anhelo de conocer más la revelación de Dios y su voluntad, porque necesitamos el conocimiento la disponibilidad de nuestro corazón para atesorar la palabra de Dios.»
Es necesaria la iluminación del Espíritu Santo para entender la voluntad de Dios, sus propósitos y sus promesas revelados en su palabra, pero además, necesitamos de su fuerza y valentía para permanecer anclados en su verdad sin apartarnos de ninguna manera, porque en guardar su palabra el ser humano encuentra la bendición y la vida eterna, ya que ella nos muestra a Cristo como nuestro salvador y nos convence para poner en él la fe.Aunque la salvación es gratuita, la evidencia de ella en nuestras vidas, es no tener la ley de Dios como una carga, ni desestimar nuestra obediencia y fidelidad a Dios. La gracia salvadora no desecha los mandamientos de Dios, más bien los tiene como delicia y necesarios para la vida diaria. El ser salvos por la obediencia de Cristo, nos hace esforzados y obedientes, el que realmente sabe y ha experimentado su salvación por la justicia de Cristo, no está pensando en vivir en pecado contra Dios, sino en consagrarse y practicar la justicia conforme a la palabra.Esta oración tan maravillosa que busca comprender la revelación de Dios, no es la búsqueda de algo que no ha sido revelado, sino lo que no ha sido entendido de lo que ya fue revelado por Dios en su santa palabra. Es necesario el Espíritu Santo para hacer que toda palabra sea eficaz y cumpla con el propósito por el cual Dios la reveló y la hace presente en nuestras vidas.Necesitamos oír bien la palabra, aceptarla con humildad, atesorarla en nuestras vidas y practicarla, porque de esta manera todas las maravillas que podemos ver harán que nuestras vidas sean transformadas, edificadas y que encontremos bienaventuranza en la vida diaria.Al conocer más la revelación de Dios seguramente nos asombraremos más al describir todo lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará por amor a su pueblo, por amor a nuestras vidas, las cuales son bendecidas totalmente y privilegiadas al ver el enlistado de las promesas divinas para que estamos bien en el presente y en el futuro. Oremos a Dios para que nada de lo que necesitamos para vivir la salvación nos sea oculto, para que no solamente sea mero conocimiento, sino que con sus Espíritu Santo sea aplicado a nuestras vidas y reflejado en nuestro diario vivir.