Todas nuestras necesidades nos hacen saber que la oración no debe esperar hasta mañana, debemos orar con dedicación permanente para acudir siempre a la gracia de Dios.
Si somos perezosos para orar debemos aceptarlo,
y este también debe ser nuestro motivo principal de nuestras oraciones. Cuando no oramos mantenemos nuestro corazón cerrado a Dios, lo cual afecta nuestra comunión con él, ya que por el solo hecho de ser humanos caídos, y que estamos en un proceso de santificación, requerimos que Dios trate con la dureza de nuestro corazón, y para que lo haga un corazón conforme al suyo.
Si no oramos a Dios ¿Cuándo presentaremos nuestros pecados para que seamos perdonados, restaurados y fortalecidos ante el mal? ¿Acaso pecamos demasiado poco para casi no tener motivos de oraciones de arrepentimiento y de plegaria por el perdón?
Pero también, entre más oprimidos estemos por las molestias del cuerpo; por las enfermedades, y la necesidad de la seguridad, ya que nuestro cuerpo es débil ante cualquier cosa que pegue contra él, porque por muy leve que sean los ataque contra él, nuestro cuerpo es pronto para sangrar y nuestros huesos son solamente polvo.
Cuán sensibles somos emocionalmente, y por eso requerimos pedir un espíritu fuerte, pero sensible y dócil ante Dios. Al ser tan frágiles emocionalmente cualquier palabra o acción nos lleva a sentir el deseo de actuar con palabras fuertes o con excesiva fuerza física, y somos propensos a dar cabida en el corazón a sentimientos negativos que nos envenenan y que deshonran el nombre de Dios.
Las tentaciones con las que nos tiende lazos el cazador destructor y enemigo de Dios y de su pueblo, requieren que siempre estemos sobrios y con el entendimiento bien desarrollado. Dios nos guarda de estas tentaciones, por eso ha abierto camino a su gracia, ya que se compadece de nuestras debilidades y porque conoce los planes malévolos del tentador. Dios se apiada de nosotros, por eso es que nos convida a tomar el recurso de la oración, porque es mediante ella que somos atendidos en todas las necesidades de nuestra vida.