La muerte y resurrección de Jesús son la base de nuestra fe, porque somos beneficiados totalmente por estos dos eventos, tenemos el perdón y la vida, y a la vez también nos garantizan todas las promesas de Dios para esta vida y para la venidera.Con la muerte de Cristo nuestros pecados fueron pagados, así quedamos libres del castigo del infierno,
porque con tan solo poner nuestra fe en Cristo y buscar el perdón de Dios somos salvos. Fuimos librados de ser abandonados por Dios por toda la eternidad bajo tormento eterno. Pero además, con la resurrección de Cristo tenemos garantizada la vida eterna, porque al resucitar de entre los muertos también nos hace partícipes de su victoria.
Nuestra vida debe gozarse por el perdón y debe disfrutar la libertad en Cristo, a la vez que nos gozamos en la vida presente por todas las manifestaciones cotidianas de Dios, al darnos la gracia del perdón y el trato agradable por estar en comunión con él al reconocer nuestras faltas y ser liberados de ellas, y así las demás bendiciones que son propias de los hijos de Dios.
También debemos alegrarnos por todas las promesas que Dios nos ha hecho sobre el futuro, ya que la resurrección de Jesús, es también la esperanza de todos nosotros, así como el resucitó también vamos a resucitar y seremos exaltados para morar por siempre en una condición de gozo eterno, y jamás volveremos a tener contacto con el pecado, ni con la muerte, por eso es que la muerte y la resurrección de Jesús son la base de nuestra fe.