
Que nada perturbe nuestro corazón para anhelar encontrarnos con Dios en una relación de gozo y esperanza, de gozo porque Dios siempre trae alegría a lo más profundo de nuestro ser. Todo se puede terminar en la vida, pero su presencia nos basta. Tenemos esperanza con Dios ya que hace posible todo en nuestra vida, todo lo que él quiere y dispone para nuestro bien lo cumple.
“Dios se ha revelado, por eso tenemos la bendición no solamente de encontrarlo sino de ser uno con él, ya que Cristo nos une para gozar de él eternamente. No podemos seguir más en soledad y en la miseria cuando Dios puede llenarnos de su presencia, por eso nos invita a un encuentro personal.”
Dios no se esconde de nosotros cuando lo buscamos con sinceridad de corazón,
lo cual implica buscarlo con plena conciencia de que debemos conocer su voluntad para someternos a ella, para acatar sus disposiciones, no se trata de una búsqueda en donde sea para nosotros una especie de siervo, que deben cumplir nuestra voluntad, o que lo busquemos solo para que nos bendiga.
Si podemos encontrar a Dios es porque él de antemano ya salió en nuestra búsqueda; es posible encontrar a Dios, ya que él se deja hallar, porque sabe que sólo no podríamos encontrarlo. Claro está, que en cada una de nuestras necesidades se dispone para ayudarnos, porque siempre anhela nuestro bien. Cualquier cosa que tú necesites Dios la tiene y por ellos debes clamar en oración y te atenderá.