Jesús es mi Rey Salvador – Lucas 19:28-44

La entrada de Jesús a Jerusalén como Rey, aunque fue hace muchos años, hoy nos enseña a nosotros en medio de esta crisis sanitaria mundial, que Jesús es el Rey del universo y salvador de nuestra vida.

Debemos tener la certeza y por lo mismo confianza en que Dios tiene control de todo y está ejecutando su plan salvador;  para que muchos pongan la fe en Cristo y sean salvos, y para que los que ya tienen fe sean confirmados y fortalecidos para actuar perseverando.

Dios está siendo más conocible en estas circunstancias adversas, su reinado está siendo aceptado por muchos, ya que verdaderamente Cristo es el Rey del universo, y también es el Rey de nuestra vida, por lo que debemos poner nuestra fe en él y sujetarnos de manera voluntaria y reverente.

La tragedia más grande para la humanidad es cuando mira solo lo que sucede y no lo que Dios está haciendo para el bien de todos. Hoy debemos creer que Dios está operando para que estemos bien y seamos mejores, y que para este mal el dará la cura a través de la ciencia, porque de él es el conocimiento, la ciencia y la sabiduría.

Cuando Jesús entró a Jerusalén, muchos actuaron movidos por la apariencia, impulsados por sus propios deseos y anhelos. No pudieron percibir finalmente, que Jesús es verdadero Rey, y que por lo tanto su reino es dispuesto como él quiere y para lo que él quiere.

Este reino es establecido primero en el corazón, luego en la tierra, no es por la espada sino por el amor, no es para destrucción sino para vida, mucho menos para venganza, sino para que aprendamos a perdonarnos y hacer más humanos y solidarios.

Este es el reino que se establece para que nos entreguemos unos a otros, para que nos sirvamos con amor y ternura, en donde la bendición más grande está en dar y no en recibir. Algunas lecciones practicas sobre este relato.

1. Cristo es Señor de tu vida, es el dueño porque te creó y porque te redimió. Todo lo que tú posees al igual que tu vida le pertenece, y puede disponer de ello como él quiera y dese.

2. Nuestra actitud ante Cristo debe ser humilde y reverente. Humilde para que su gracia sobreabunde, porque a los soberbios mira de lejos y los resiste, más los humildes son atendidos en todas sus necesidades con gracia. De los humildes es el Reino de Dios. reverentes, porque toda nuestra vida debe estar sujeta a él, debemos dejarnos guiar p0r su palabra, porque a través de ella somos conducidos al bien supremos.

3. Solo para Cristo debe ser toda nuestra gloria. Todo lo que hagamos debe exaltar el honor de Cristo, porque la actitud humilde con la que entró al mundo como Rey, fue por su despojo voluntario, para llegar con su misericordia al mismo lugar de nuestra miseria pecaminosa, y así nos sacó para darnos un lugar en su reino.

Debemos rendir adoración a Dios, sin hipocresía, de todo corazón, y aun en las adversidades nuestra alabanza debe escucharse. Tomemos hoy la actitud de siervos agentes del Reino de Cristo, seamos sus heraldos en este mundo y ante la humanidad que hoy tiene miedo y está confundida por los sucesos. Demos la buena noticia que Cristo es Salvador y  Rey, está al control de todo y encamina la historia de acuerdo a sus buenos propósitos de salvación.

Lectura complementaria: Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; Filipenses 2:5-11; Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes. Apocalipsis 17:11-14

Oraciones: Que Dios te ayude a someter tu viva a su voluntad y que sientas total seguridad en este tiempo de Crisis. Que tu iglesia vida con la esperanza que Dios la tiene en su mano para cuidarla, pero también para usarla como sirva en su reino.

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