Palabras de agonía del Dios hecho hombre – Juan 19: 28-29

“Tengo sed” (Palabras de agonía del Dios hecho hombre) Juan 19: 28-29

“Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.” Juan 19: 28-29 RVR

Desde el desprecio en el mesón para nacer en un rústico pesebre, y hasta los últimos segundo de su vida mientras pendía de la cruz, Jesús manifestó que el Dios creador de los cielos y la tierra se desvistió de su gloria, para bajar a lo más bajo de la escoria humana. Es por esto que Juan dice que con esta palabra de Jesús se estaba cumpliendo la escritura, lo cual se refiere a lo que se profetizó en el Salmo 69:21 Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.

Mientras la infección comenzaba a carcomer su carne por todos los golpes en su cabeza, en su rostro y en su cuerpo, sus labios secos clamaban por agua, pues su cuerpo se había vaciado, pero aun así, no estuvo dispuesto a calmar su agonía, sino que soportó hasta que se completara el pago total por el pecado de la humanidad, porque sabía que con eso estaba a punto de llegar la paz y el gozo para el mundo. Y continuó así hasta el final.

Esta palabra deja oír el suplicio de la crucifixión y la verdad de la real naturaleza humana de Jesús, al mismo tiempo, se revela que quien está muriendo tiene nuestras mismas debilidades y que está colgado en esa cruz porque se compadece de nosotros. El dueño de los manantiales voluntariamente quiso sufrir la necesidad más profunda que se pudiera sufrir, todo para saciarnos con la vida eterna.

El que es el agua de vida, ahora tiene sed y le dan a beber vinagre. Pero no es que Jesús quisiera calmar su agonía, él quiere calmar la nuestra, por eso  está buscando la fuerza para poder decir la palabra de completa redención. Jesús sintió necesidad en la cruz para saciar nuestra vida, tal y a como él mismo lo dijo:

“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” Juan 4:13-14 RVR1960

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