Cristo nos hace libres del mal destructor de este mundo

En este mundo de miseria y dolor Cristo entregó su vida de manera voluntaria, porque aunque fue llevado a la cárcel y colgado en una cruz siempre tuvo el control de la situación, pues ese era su plan, dejarse escarnecer para salvarnos del poder de satanás.

El mundo como creación es de Dios y él lo gobierna, aún el maligno está bajo su dominio, sin embargo, la obra de satanás quien provocó la caída de la humanidad con el pecado, sometió a todos a su dominio, pues todos quedamos bajo el gobierno del mal, bajo la maldición del pecado y encaminados hacia la condenación eterna.

De esta desgracia humana fuimos rescatados por Cristo, pues estando muertos en nuestros delitos y pecados, recibimos la vida, gracias a que Cristo entregó la suya como sacrificio y ofrenda en la cruz del calvario, como pago por el precio por nuestros pecados.

Solo por la gracia divina fuimos rescatados del poder destructor de satanás, ya que en la eternidad el consejo de Dios terminó un plan redentor en el que Cristo vino hasta nosotros para destruir el poder de satanás, del pecado y de la muerte, victoria que todos los días vamos experimentando, gracias a la presencia del Cristo en nuestra vida y al poder del Espíritu Santo.

Hoy debemos vivir para la gloria de Dios, siendo siervos de Cristo y dirigidos por el Espíritu Santo, así cada día nuestra experiencia en la relación con Cristo será en victoria. Esto tiene que ser así, porque de lo contrario, no solo aquí sufriremos el dolor del pecado, sino que en la vida venidera, el dolor será por la condenación eterna.

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