La palabra de la salvación nos fue compartida porque así quiso Dios, el preparó nuestros corazones con la fe y con el entendimiento, para que la entendiéramos y que creyéramos en Cristo para salvación.
Podemos recibir el mensaje de la buena noticia de salvación sólo con el entendimiento divino, es así como esto nos confirma una vez más, que la salvación es por gracia, es la obra de la misericordia divina, pues no podríamos aceptar el evangelio si no hubiese enviado a sus mensajeros, si no nos diera la sabiduría celestial, si su Espíritu Santo no nos convenciera de pecado, y claro está, no existiría el evangelio si Cristo no huebra aceptado libremente morir para salvarnos.
Nuestra salvación es el propósito que Dios estableció desde la eternidad, y cada día en nuestra vida lo va cumpliendo, tengamos presente que esta obra maravillosa de Dios con la que nos hace disfrutarlo aquí y en el futuro será completada, porque nada puede impedir a Dios que nos muestre su grande amor.
Aceptemos esta bendición de Dios en arrepentimiento, consagremos nuestra vida a su Santo Nombre y vivamos para su gloria, porque el privilegio de ser salvos es algo que no merecemos, sin embargo, el quiso mostrarnos su misericordia.