Dios no desatiende a sus hijos cuando esperan con fe la respuesta de la oración, Dios tiene todo el poder para cambiar nuestra angustia por lugares espaciosos y puede darnos el mejor refugio en el tiempo del peligro, pero la oración es necesaria.
Deseamos con toda la fuerza de nuestro corazón que Dios escuche y atienda nuestras oraciones, porque no hay mejor cosa que ser puestos en un lugar espacioso después de estar en la angustia. Dios ha prometido escucharnos y así lo hará.
El proceso de la angustia es sofocante, desesperante, porque ahí es cuando todo se nos reduce, se nos terminan las posibilidades, es un tiempo de soledad y de muchas necesidades, pero todo esto Dios lo permite con la intención de ayudarnos a superar nuestra incredulidad.
Es por eso que este proceso es el oportuno para vivir el actuar de Dios en nuestra vida, porque quizás estés sola o solo, quizás nos hayamos dado cuenta que solo vale la pena poner nuestra confianza y obediencia en Dios.
Finalmente, tenemos que aceptar que fuimos creados por Dios para estar en una relación estrecha de comunión permanente con él, ya que el fin principal del hombre es glorificar a su creador y salvador, y gozar de él para siempre.
En todas nuestra angustia podemos tener el oportuno socorro de Dios por eso debemos orar con entrega total, aceptando su señorío en nuestras vidas, lo cual demanda obediencia, pero que a la vez estaremos bajo su amparo, pues Dios siempre defiende a los que le confían y le claman en los tiempos de angustias y de peligros.