Caminar con Dios nos da seguridad, es así cómo podemos ser exitosos, porque en realidad caminar con Dios es andar conforme a su corazón. No vamos a desmayar si Dios en nuestro guía y apoyo en caminos pedregosos.
La presencia de Dios nos infunde valor y es nuestro soporte en los valles difíciles de transitar, por eso no debemos tener miedo, en lugar de ello, debemos tener temor ante Dios, lo cual es reverencia a su poderosa presencia. Pero esto será así cuando coloquemos a Dios en primer lugar en nuestra vida.Decimos colocar a Dios, aunque en realidad lo que queremos decir, es que ante todo, debemos reconocer a Dios como lo más importante en nuestra vida, como lo principal y lo necesario para que estemos bien, porque sin Dios, simplemente no existiríamos, y es por esto mismo, que sin Dios nuestra vida no puede encontrar contentamiento, ni puede desarrollarse a plenitud.Una vida dependiente totalmente de Dios es la que puede perseverar en medio de las pruebas más difíciles, pero para esto se requiere una constante, creciente y cercana devoción con Dios, en donde estemos siendo fortalecidos, vivificados y convencidos para permanecer en Dios, pese a cualquier tentación o manipulación de satanás, quien es el que busca desenfocarnos de Dios, porque sabe que de esa manera perdemos el rumbo, o simplemente, no podremos avanzar.