
Nuestra vida tiene la necesidad de buscar a Dios, porque sólo él tiene la fortaleza que necesitamos para superar las adversidades, pero para esto es necesario que crezcamos en fe y por lo mismo que nuestra comunión con Dios sea más sólida.
«Dios conoce lo crédulo o incrédulo de nuestro corazón, y es así como nuestra fe en Dios también hace que seamos fortalecidos en los tiempos difíciles. Esto es porque sólo los que confían en Dios pueden buscar su gracia a través de la oración, en el caso de los incrédulos seguirán negando a Dios, y por lo mismo en los tiempos de angustia seguirán sufriendo en lo muy íntimo de su ser.»
Dios nos conoce, sabe de nuestra vida a profundidad, pero además nos conoce en el sentido de que nos relacionamos con él. Es decir, en la intimidad con Dios, en la vida devocional que debemos desarrollar con él tratará con nuestras necesidades, y nosotros también estaremos convencidos de buscarlo con toda certeza. Si no hay comunión con Dios no hay confianza y por lo mismo el desmayo en los tiempos de angustia será una realidad.