Seamos fieles a Dios porque sólo él es nuestro proveedor

Dios tiene en sus manos la posibilidad de que seamos provistos del alimento que necesitamos, puede hacer que la sequía se valla con la lluvia que nos envíe.

Esto nos debe llevar a ser agradecidos con Dios, en la completa convicción que lo que tenemos procede de él, pero si estamos pasando tiempos de necesidades, debemos estar orando sin cesar, porque el que pide recibe.

Pero todo esto debe evitar nuestra indiferencia ante Dios, debemos actuar con fidelidad, y por lo mismo debemos sacar de nuestro corazón la idolatría, lo que nos hace adorar solo a Dios.

Todos los seres humanos tendemos a ser idolatras, a ser nosotros dios de nosotros mismos. De la misma manera, no debemos omitir la adoración a Dios, porque la omisión es transgresión de la ley de Dios, porque a él debemos adorar.

A Dios tenemos que darle lo que es de él, como condición para que esta promesa de provisión y sustento se cumpla en nuestra vida, pues así lo revela: «Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos; y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.» Deuteronomio 11:16-17

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