Seamos buenos como Dios es bueno con nosotros

En el favorecer a nuestro prójimo recibimos los favores de Dios, porque él mismo en Cristo nos prepara para toda buena obra, y el testimonio de la presencia de Cristo en nuestra vida es la bondad.

Nosotros somos lo que nuestro interior es, si no hay bien en nuestra alma es por la ausencia de Cristo, y si esto es así no podremos hacer obras de bondad, y si en algún momentos “las hacemos”, será esperando algo a cambio o por conveniencia. Los hijos de Dios debemos ser virtuosos por hacer el bien, tan es así, que aun cuando nos hagan mal, nosotros debemos responder con el bien.

La única forma de detener el mal en nuestro ser es con la santificación del Espíritu Santo, ya que por la naturaleza caída, quedamos totalmente depravados y siempre con tendencias a obrar mal. Por esto es que los nacidos de nuevos debemos manifestar bondad hacia nuestro prójimo. No solamente debemos evitar hacer el mal, sino que también debemos procurar hacer el bien.

Compartir