La condenación eterna es para los soberbios

Cualquiera puede ser orgulloso y arrogante ante Dios, porque esa es la naturaleza pecaminosa, ya que fue la misma actitud de satanás ante Dios, por lo cual fue despreciado y no tiene escapatoria de la condenación eterna. Lo mismo le pasará a la persona que siga los pasos del diablo y tome esa actitud ante Dios.

«Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.» Malaquías 4:1 RVR1960

La gracia de Dios es disfrutable solo por los humildes, los que reconocen la necesidad de Dios en sus vidas y los que por lo mismo lo buscan con todo el corazón, como a tesoro más preciado y que en la vida cotidiana agradecen, porque reconocen con sencillez que todo proviene de la mano de Dios.

Para los orgullosos y soberbios solo existe su propia ley, ya que siempre pretenden manipular con su poder, pues no se someten voluntariamente a nadie, no reconocen a Dios, no actúan con temor reverente, porque piensan que por las posesiones materiales que tienen, son controladores de todo, y sus logros son por su esfuerzo, porque son mejores que otros, y hasta por un poco de suerte.

Pero lo inevitable se hace presente para los que deshonran a Dios, porque aquí mismo sufren la presencia de la miseria en su vida interior, ya que la ausencia de Dios es desgracia, dolor y muerte, pero aún más, un día enfrentarán el juicio de Dios, entonces sabrán que Dios siempre existió, pero será demasiado tarde, porque la sentencia de condenación y castigo eterno ya fue dada.

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