Siempre contentos

Podemos estar contentos aún bajo una pesada tribulación y rodeados de necesidades cuando nuestra vida está llena de la presencia de Dios, porque realmente es desde el interior de donde nace el bienestar de la vida, y tal bienestar es solo por la presencia de Dios, porque a donde esta Dios nunca faltará el bien ni la misericordia, y lo único más importante que nuestra vida necesita para tener lo mejor es a Dios.

“No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.” Filipenses 4:11-12 DHH

Lo que nos da alegría no es el bien material que poseemos, y si la alegría que nos da lo material puede llamarse contentamiento, tal cosa es pasajero. Nada es mejor que la salvación que poseemos, y la realidad de que Dios nos posee a nosotros como lo más amado.

Nuestra alegría y gozo vienen solo cuando recibimos lo que más queremos, y lo que más queremos es a Dios, entonces teniéndolo en nuestra vida la felicidad será indescriptible.

Cuando nos entregamos a Dios para estar en sus manos y depender siempre de él, nos sustentará con lo necesario, y eso necesario nos pondrá contentos, ya que un hijo de Dios siempre busca y espera solo lo que Dios quiera darle, y desea hacer lo que Dios quiera que haga. En cualquiera que sea la voluntad de Dios nos hará estar disfrutando vivir.

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