Dios nos creó especiales, nos dio cualidades como las de él y nos participó de bendiciones muy por encima del resto de la creación, pues incluso, nos puso a cargo de todo, lo cual no implica su ausencia en el control de la creación.
Todo cuanto existe tiene un gran valor, estando nosotros a la cabeza de lo valioso que es la obra de Dios, por lo cual, debemos siempre esperar en sus bondades pese a los tiempos turbulentos, pues el plan de Dios jamás caducará, su obra se completará y cada acontecimiento nos recuerda que Dios está a cargo de todo y que nosotros debemos corresponderle, confiar y dejarnos llevar por su sabia voluntad.
¿Sabe usted quién va a descubrir la medicina y la vacuna para detener esta pandemia, para que la raza humana no se acabe? Claro, lo harán los científicos con la inteligencia y con la capacidad que Dios les ha dado, y esto por supuesto que será la provisión de Dios para todos nosotros.
Lamentablemente hoy el diablo le ha metido en la cabeza a muchos predicadores, que la vacuna para la pandemia es el sello de la bestia, en lugar de mencionar, que todos debemos clamar para que esta provisión de la vacuna llegue pronto, y agradecer a Dios, porque él es el que revelará la formula, y así nos mostrará cuánto nos ama.
Claro está, es tiempo de arrepentimiento y clamor para que Dios tenga misericordia de nosotros y nos perdone, porque como raza humana hemos ofendido su nombre, al no comportarnos como se debe para honrar su imagen y semejanza.
En lo especial que somos para Dios recibimos su amor con el que nos otorga las bendiciones del cielo, porque si desde un principio nos bendijo, es porque siempre ha querido que estemos bien. Cristo vino como la provisión divina, para que hoy volvamos a Dios en arrepentimiento y no solamente nos de bendiciones como criaturas, sino que también nos otorgue los derechos de hijos.