Dependamos de Cristo en las tribulaciones

Cuando estamos en tribulaciones es posible estar alegres y agradecer por eso a Dios, ya que el gozo emana de Dios y no de las circunstancias, y en ese momento se pone en la balanza la aflicción y la provisión del gozo de Dios, teniendo como resultando que el gozo de la salvación es mejor, porque no solamente se vive la presencia de Dios, sino también la esperanza de la gloria venidera.

“Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.” 2 Corintios 2:14

Las tribulaciones se convierten en la oportunidad de sentir de manera especial la intervención de Dios, porque nunca nos deja solos, al contrario, toma la ocasión para que disfrutemos más su presencia. Es así cómo podemos lograr la victoria, porque la victoria de Cristo se encarna en nosotros cuando nos apropia la salvación y nos permite sentirla. Eso nos fortalece, y nos da la alegría suficiente para que la tristeza por lo que estamos viviendo no nos sobrepase hasta desmayar.Es Cristo el que comanda nuestra victoria, porque por la fe en él nuestra vida es vivida conforme a su voluntad, eso es lo único que nos hace recibir el poder y nuestra fe crece lo suficiente con la que podemos perseverar.Cristo venció el mundo adverso, y él mismo nos dijo, que la fe es con la que podemos vencer, ya que esta fe tiene que ver con nuestra dependencia en su obra, por un lado para nuestra salvación, y por otra parte, porque él venció el poder del mal, así que por su obra en la cruz somos salvos y perseveramos en victoria.

Compartir