Debemos prestar diligentemente oído obediencia a la palabra de Dios, porque sólo así hará efecto en nuestra vida, por ella recibiremos bendición de cambio y de transformación que operará en nuestra vida desde nuestro interior.
«La bendición de la palabra de Dios no solamente tiene que ver con los mandamientos, ella misma nos describe el propósito de Dios y la revelación de sus promesas, por lo que también, oír la palabra con confianza nos afirma en Cristo Jesús para ser perseverante siempre en nuestra vida cristiana y en nuestra comunión con Dios.»
Satanás no tiene ningún inconveniente que solamente escuchemos la palabra de Dios, porque sabe que si no recibimos con mansedumbre, confianza y obediencia el mensaje de Dios, nos estaremos comportando como meros religiosos solamente, pero no creyentes del verdadero Dios quien bendice a sus hijos con su palabra de verdad, pues con ella podemos vivir tranquilos, esperanzados en Dios y gozoso de conocer y vivir bajo su voluntad.
Es por esto por lo que que no debemos dejar que satanás nos engañe, ni tampoco debemos engañarnos nosotros al conformarnos con escuchar, o al pretender que estamos haciendo bien las cosas, cuando pesa más nuestra indiferencia a lo que Dios nos pide hacer.
Debemos escuchar la predicación del evangelio, lo cual es buena noticia, por lo que eso hará que nuestra alegría crezca, pero también, tengamos en cuenta que la palabra de Dios nos confronta con nuestro pecado, pero tal cosa nos vivifica, porque siempre la palabra nos llevará a Cristo en donde tenemos perdón y vida eterna.