
Toda nuestra vida debe tener como prioridad dar a conocer el medio para que las personas encuentren la paz en Dios; por una parte, porque hay enemistad entre Dios y las personas por causa del pecado, el ser humano no reconoce a Dios y también la ira de Dios está sobre él. Por otra parte, la vida humana tiene la necesidad de sentirse tranquila y segura para vivir bien. El mensaje de la reconciliación es el evangelio de la paz.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.” 2 Corintios 5:20 RVR1960
Tal vez recordamos el día en que nos reconciliamos con Dios, en ese momento fue necesario oír la palabra del evangelio, o sucedió algo inesperado en nuestra vida y nos hizo creer que Cristo es nuestro salvador, pero seguramente en ello, aparte de estar presente la poderosa presencia del Espíritu Santo, alguna persona nos ayudó en ese proceso. Es por eso que, nuestro compromiso de servicio a Cristo, tiene como principal objetivo, ayudar a otros para que sean reconciliados con Dios.Somos embajadores de Cristo en el mundo, pues damos a conocer su evangelio, con el propósito de que las personas sean libres del pecado que les hace estar en enemistad con Dios, y que por lo mismo, no les permite ser feliz, ni disfrutan la vida presente y viven sin la esperanza de la salvación y de la vida eterna.Dios nos comisiona para que seamos sus representantes, nos encarga que seamos fieles predicadores del mensaje de su amor divino. Tenemos una tremenda responsabilidad, pero a la vez un alto privilegio, pues, recae sobre nosotros el deber de anunciar la buena noticia de salvación.Como embajadores hemos sido comisionados por Dios para representar al Rey de reyes y Señor de señores, ante la gente a quien hemos sido enviados. Debemos hablar solamente las palabras que Dios ha revelado en la Biblia, confiando que el Espíritu Santo hará la obra de reconciliación.Por medio de nosotros, Dios siempre estará comunicando a la gente el mensaje de la reconciliación y le suplicará que acepten su palabra por la fe. Este llamado se repetirá día tras días hasta que Cristo venga.