Lejos de Dios hay destrucción y muerte

Dios nos creó para estar unidos a él, nos hizo con el propósito de disfrutar de él para siempre. Esta dicha humana o felicidad eterna, es posible sólo cuando reconocemos a Dios como nuestro creador y lo adoramos por sus bondades.

«Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta. Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.» Salmos 73:27-28 RVR1960

Todo lo que Dios hizo antes de nosotros, lo creó con el propósito de proveernos lo necesario para que siempre estemos bien, a la vez que nos encargó el cuidado de todo. Por lo tanto, si no estamos en comunión con Dios, no podemos corresponderle a él directamente, no podemos cumplir con nuestra encomienda y por mismo no podemos desarrollarnos bien como seres humanos.

La actitud de deshonra que satanás provocó en el corazón humano hizo que nos reveláramos contra Dios, sin embargo, Dios en su infinita gracia nos proveyó al Salvador, y esto una vez más, demuestra que Dios quiere que volvamos a él en Cristo, de lo contrario la muerte eterna como castigo será la consecuencia. Dios ha preparado el camino para que vengamos a él, Cristo es el camino y por la fe en él podemos recibir salvación y vida eterna.

Dios tiene todo lo que nuestra vida necesita, y si lo material que necesita nuestro cuerpo también depende de Dios, con más razón, todo lo espiritual que nuestra alma necesita está en Dios. Jamás nuestra vida estará satisfecha y tendrá la dirección correcta hacia el gozo eterno si andamos vagando lejos de Dios. Disfrutemos hoy de la comunión en Cristo, aceptemos con gratitud, obediencia y esperanza el ofrecimiento que Dios nos da de su gracia para vivir aquí libres de la muerte eterna, esperando la gloria de Cristo y la vida plena con él.

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