Cristo nos ofrece la verdadera riqueza

La miseria más grande a la que el ser humano se enfrenta es a la del pecado, esto no puede ser resuelto con nada, ni por nadie a menos que uno ponga su fe en Cristo, ya que por su gracia él si nos puede sacar de esa condición tan baja y miserable.

“Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.” Apocalipsis 3:18 RVR1960

Cristo puede cubrir nuestros pecados, de tal manera, que nos da lo mejor que alguien puede recibir; el perdón y la vida eterna, cambia nuestra condición y calidad de vida y nos coloca ante el Padre celestial en la posición de hijos.

Sólo con los ojos de la fe podemos ver lo que es más importantes y conocer nuestras verdaderas necesidades. Lo que nuestra vida necesita es la presencia de Cristo para que seamos bendecidos por él con aquello que no es pasajero y que nos hace sentir bien delante de Dios, porque sólo por medio de Cristo y de manera gratuita se puede tener la vida eterna y la comunión con Dios.

Necesitamos fe y santidad, todas las demás cosas no sirven de nada en lo espiritual de una persona. El dinero perece y no puede lograr saciar nuestra alma de sus necesidades. Una buena ropa puede cubrir el cuerpo, pero el alma sigue desnuda y machada de maldad ante Dios, por eso es por lo que necesitamos ser limpiados y vestidos. La fe nos une a Cristo y Cristo a Dios, a esta comunión valiosa es a la que debemos dedicar toda nuestra vida.

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