La respuesta de Dios no llega tarde

Por las necesidades de nuestra alma, al que clamar y esperar en Dios, tengamos en cuenta que, si de la boca de Dios salió nuestro aliento de vida, él es también el sustento para nuestra alma. No nos desesperemos en el momento de la aflicción, ni porque creamos que Dios tarda en responder, sigamos esperando en plena certidumbre que la misericordia de Dios y su poder ya están obrando para nuestro bien.

“Busquemos la bendición de Dios sobre la base del sacrificio de Cristo y tomando en cuenta todo lo que Dios nos ha revelado como promesas. No nos dejemos arrastrar por los falsos anunciadores de promesas e inventadas en donde buscan sobresalir ellos como la respuesta y solución para nuestra vida. Nuestra búsqueda y esperanza debe estar en Dios quien a través de Cristo nos aseguró sus bendiciones eternas y todo lo que necesitamos para esta vida y la venidera.”

La palabra de Dios nos describe lo que Dios nos ofrece y siempre nos motiva a satisfacer nuestra vida en él, por eso es por lo que nuestra alma no espera más en nadie, sino sólo en Dios. el cansancio, el agotamiento y la debilidad son resueltas por Dios cuando a través del Espíritu Santo nos implanta todos los beneficios que Cristo logró en la cruz.Así como una persona que ha velado toda la noche y anhela descansar, lo mismo nuestra alma ansía el reposo en Cristo, y sólo cuando en verdad nos depositamos en Cristo el alma puede descansar, vivir en paz y ser fortalecida, y por lo mismo, así como es seguro el amanecer, es segura la intervención de Dios en nuestra vida, pero debemos confiar y ocuparnos en ello, por esto es por lo que, esperar en Dios no es pasividad, sino actividad en una vida de búsqueda, adoración y gratitud.Aunque algunos días amanezcan más nublados que otros, de todas maneras, la mañana llega, así que, cualquiera que se la respuesta de Dios a nuestra vida será justo lo que nuestra alma necesita. Por lo tanto, nunca será en vano la búsqueda y la espera cuando nuestra confianza es firme por la fe en Cristo, pero recordemos que nunca amanece más temprano, ni más tarde, y así es la respuesta de Dios.

Compartir