Dios no nos olvida en nuestros lamentos

Dios activamente nos asiste con su gracia bendita, porque aun cuando pasamos tiempos muy difíciles opera en ellos en nuestro favor, lo canaliza todo para que podamos crecer en fe, disfrutemos su amor y lo conozcamos más, pues al socórrenos impacta nuestra vida.

«Dios no se olvida de sus hijos por ningún motivo, ni en ninguna circunstancia los deja solos, su presencia es manifiesta y su atención es permanente a las oraciones. Por eso es por lo que, si para cada necesidad de nuestra vida tenemos promesas de Dios, y si nos ha prometido intervenir para ayudarnos a perseverar él lo hará justo cuando lo necesitemos.»

Si Dios no abandonó a su pueblo esclavo en Egipto, sino que fue fiel a la promesa de liberación y los condujo a la tierra prometida, ahora a nosotros nos ha garantizado sus bendiciones cotidianas y eternas a través de Cristo, pues él murió para que seamos librados del poder de satanás, y por Cristo podemos perseverar hasta el final. A través de Cristo tenemos garantizada la asistencia de Dios, porque su presencia con nosotros es como la de un Padre que está al pendiente de nuestros clamores.

No dudemos de Dios, hay que esperar confiados en él, y la manera para hacerlo es glorificando su nombre, siendo fieles y guiados por el Espíritu Santo en la verdad de su palabra. Nuestra actitud debe ser firme en Cristo, aferrados a él y a todas las riquezas de su gloria.

Si hoy nos sentimos mal por nuestros errores y tribulaciones no nos quedemos callados, clamemos a Dios confiando en los méritos de Cristo, porque precisamente, la atención de Dios no es por nuestras buenas obras, sino por Cristo, cuando ponemos nuestra fe en él y nos arrepentimos de pecados.

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