Cristo es la luz que produce vida

Una persona sin la presencia de Cristo está perdida en la mentira, no tiene dirección espiritual y todo esto por estar bajo el poder del maligno. Cristo es el único salvador quien puede ayudarnos a deshacer las obras del diablo de nuestras vidas para que seamos libres y dirigidos por el camino del bien. Escuchemos el evangelio y hagámoslo parte de la vida, de esta manera tendremos la luz de la vida y la victoria para siempre.

“Al darle lugar a Cristo mediante el evangelio tenemos el poder necesario para que nuestra condición de muerte sea cambiada por la vida, la incertidumbre sea convertida en la esperanza eterna.”

Consideremos que el poder del mal nos sobrepasa, que la consecuencia del pecado es la ruina de la vida, y que es por esto por lo que precisamente Dios envió a su hijo al mundo para cambiar nuestra vida de lo oscuro a la luz, para sacarnos de la perdición y ponernos en el sitio seguro de su gloria.

Cuando Cristo nació, nació la luz de la esperanza, porque aun cuando nació en un humilde establo, al ser el Cristo prometido, la gloria de Dios y su poder se hicieron presentes en todo lo que hizo para calmar los males de las personas, cosa que también sirvió de testimonio para manifestar al mundo, que verdaderamente era el enviado de Dios para cambiar nuestra tiniebla por el resplandor de la gloria de Dios.

Cuando Cristo se dejó levantar en la cruz, lo hizo porque así estaba determinado eternamente por Dios y él voluntariamente estuvo dispuesto a entregar su vida para salvar la nuestra del poder de satanás. La presencia de Cristo en la cruz fue como una antorcha puesta divinamente para alumbrar a todo el mundo y el corazón de la humanidad, por eso es por lo que con su muerte y derramamiento de sangre somos libres del mal, para disfrutar el bien por toda la eternidad.

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