El Señor siempre proveerá con aquello que necesitamos, pero es muy importante que en verdad confiemos en él, y la forma de hacerlo, es creer que Cristo es nuestro salvador, orar en su nombre esperando que Dios nos de las cosas y siempre activo en nuestros roles que Dios nos ha dado para realizar en esta vida. Nuestras capacidades y oficios son bendiciones de Dios y medios para la provisión cotidiana.
También es muy importante que aprendamos a conformarnos y a contentarnos con lo que Dios quiera para nosotros, y hay que aceptar cualquiera que sea su voluntad, pues quiere que estemos contentos en todo momento, ya sea en lo mucho o en lo poco. Cuidemos de no ser negligentes y pocos responsables, pidamos a Dios que nos quite la pereza y que fortalezca nuestros cuerpos para toda labor.