La esperanza en las promesas de Dios debe estar más presente en nuestras vidas para así poder vencer la angustia, y con total confianza debemos espera que se cumplan. La seguridad de las promesas de Dios es por su infinito amor, porque si el nos ama hará que siempre estemos bien, además al disfrutar de este amor superaremos todo lo complicado. La presencia de este amor podemos sentirlo con la llenura del Espíritu Santo, el cual también nos ha sido dado como la garantía de la salvación.
El amor de Dios es suficiente para que estemos bien, y es el Espíritu Santo que lo aplica en nuestra vida, con eso nos hace sentir y nos recuerda el interés que Dios tiene de nuestras vidas, por esto nunca debemos avergonzarnos de nuestra esperanza, como si fuera falsa o como si nunca fuéramos a recibir lo que esperamos. Creamos que cuando los momentos son difíciles más conoceremos a Dios y disfrutaremos ricamente de su amor y crecerá esperanza.