La obra de Dios en nosotros es poderosa y eficaz, porque enfrenta nuestro pecado y es capaz de hacer que su gracia sobre abunde, de tal manera que nos perdona y nos salva por medio de Cristo. Pero también la obra de Dios es eficaz pues nos transforma a su propia imagen, por lo cual Dios siempre está actuando hasta perfeccionarnos en el día glorioso de Cristo.
“La preciosa obra que Dios ha comenzado en nuestras vidas la completará, ya que nos ha dado garantías con su mismo Espíritu Santo con el que nos sella como propiedad suya y nos santifica.”
Únicamente con la sangre que Cristo derramó en la cruz al morir podemos ser lavados, porque la sangre de Cristo es santa, así como Cristo es perfecto y agrada a Dios en todo. Hoy podemos clamar a Dios en el nombre de Cristo y nos atiende para quitar también toda condenación por el pecado, porque si Dios deshace nuestro pecado, también cancela la condenación que había en contra nuestra. Cristo cargó con todos nuestros pecados y sufrió el castigo por nuestras maldades, por esto es por lo que, si tenemos fe para creer en el y recibir sus méritos, también podemos ser libres para siempre del pecado.Así Dios nos aparta para su gloria nos capacita espiritualmente para que le seamos gratos no solo por la declaración que hizo cuando nos recibió a través de Cristo, sino que también hará que nuestras vidas den testimonio sobre quien es nuestro dueño. Por lo tanto, no sólo somos santos porque Dios declaro que le pertenecemos, sino que hará que nos parezcamos a él, lo cual será visible en nuestra forma de actuar. La vida de los hijos de Dios sirve como testimonio de Cristo, de su obra y honor, y eso glorifica a Dios, y sirve como mensaje para quienes necesitan creer en Cristo y crecer en CristoDios nos aplica la gracia de Cristo con la presencia del Espíritu Santo, porque en el mismo momento que Dios nos declara sin culpas comienza a operar el proceso de santificación, ya que primero Dios nos declara justos y después nos hace justos. Dios cambia nuestra vida al cambiar nuestra naturaleza, por eso es por lo que podemos ser preparados y capacitados espiritualmente para obras buenas que lo glorifican.La vida esclava en donde se honrar al diablo pecando contra Dios debe quedar a tras cuando creemos en Cristo, y por eso mismo hay que ser responsables de nuestro crecimiento en Cristo, lo cual debe reflejar nuestra justificación, lavamiento y santificación por la obra del Espíritu Santo de Dios.