Nuestra atención debe estar siempre en Dios, por eso con mucho aprecio debemos anhelar su palabra revelada en la Biblia, por lo cual, no hay que forzar, ni desviar el contenido de la Biblia, porque ella habla por sí sola, y lo que tenemos que atender es el mensaje de Dios, el cual transforma y nos orienta hacia él, a su voluntad y propósitos.
«La única manera de ser gratos ante Dios es cuando nos dejamos llevar por el mensaje de la Biblia, al comunicarnos a Cristo como nuestro salvador y al ser transformados mediante ellas por el poder del Espíritu Santo.»
La obra en nuestras vidas es de Dios, pero también nos corresponde ser diligentes en todos nuestros deberes, tanto para nuestro crecimiento y madurez cristiana, como también, en el servicio para la gloria de Dios. Nuestro estilo de vida debe agradar a Dios, por eso la comunión con él y la obediencia a sus normas son fundamentales, pero siempre confiando en los méritos de Cristo, ya que sólo a través de él somos unidos a Dios y recibe todos nuestros ofrecimientos, y nos trata con agrado.Dios siempre ha sido fiel en todas sus promesas y nos ha llamado esperando fidelidad, por eso al estar centrados en Cristo como obediencia a su palabra seremos bendecido, ya que ella es un medio de su gracia, es instrumento para que brote fe en el corazón, así confiamos en sus promesas y obedecemos sus normas.Acerquémonos a la palabra de Dios con la esperanza de que el nos convenza para amarlo y consagrarnos para su gloria, y seguramente así no nos desviemos de su voluntad y propósitos. Cuando nos dejamos llevar por la corriente de la palabra, podemos tener la dirección correcta para no dejarnos llevar por la corriente de este mundo que se opone a Dios.Lo que Dios ha hecho en nuestras vidas es el inicio necesario para ser salvos, para convertirnos a él, pero necesitamos disfrutar más la salvación y experimentar la regeneración y santificación. Además, tenemos que estar activos en la fe sirviendo con fidelidad, sin que Dios nos reproche por descuidar nuestro ser y hacer.Cundo nos entregamos a Cristo, lo disfrutamos y servimos agradecidos, nuestra condición de vida es buena, porque los incrédulos o los infieles que no están a cuentas con Dios siempre sufrirán la vergüenza de su incredulidad o infidelidad.Si usamos correctamente la Biblia seremos edificados, pero también edificaremos a otros. La Biblia nos da la buena noticia de Cristo y nos ayuda a crecer en él, por eso debemos conocer la palabra de Dios y saber compartirla correctamente como un privilegio que Dios nos da, aunque también es parte de nuestro deber al confesar a Cristo como salvador.