Vivos por la misericordia de Dios

El encuentro y la relación con Dios nos vivifica, así estamos fortalecidos para luchar en esta vida, porque en realidad de eso se trata ahora, debemos enfrentar al mal todos los días, por una parte, porque somos afectados por el mal o porque nosotros mismos somos tentados a practicar lo malo. El gozo de esta vida depende de la presencia de Dios y de todas las provisiones espirituales que de él recibimos, por eso es por lo que debemos confiar siempre en él, para que nuestra dependencia sea en todas sus promesas.

“Nuestra salud espiritual honra a Dios, pero esta misma depende de su gracias, así que en todo momento hay que esforzarnos en ella, porque sólo con la gracia de Cristo nacemos con una nueva naturaleza, crecemos, logramos la firmeza y producimos los frutos que glorifican a Dios.”

Tengamos como mayor anhelo disfrutar la presencia manifiesta de Dios en nuestras vidas, con la convicción de que esto es sólo posible a través de Cristo. Por esto es por lo que, la religiosidad sin una fe puesta en Cristo y sin la vida centrada en él, viviendo conforme a su palabra, es imposible que se gocen de los beneficios espirituales que nos ayuda a crecer y a disfrutar la vida de fe. La vida depende de Cristo, y por la fe podemos recibirla y ser siempre nutridos con lo esencial, para que de esa manera nada malo en este mundo nos robe el gozo de la salvación que recibimos por pura misericordia divina.Los medios de gracia son los únicos que nos permiten estar en comunión con Dios, pero todo inicia con la cercanía que podemos tener con Cristo, ya que siendo uno con él, de la misma manera somos unidos con Dios. Así que, meros actos y ritos religiosos por si solos no son de bendiciones, pues si el corazón está lejos de Dios y es incrédulo en vano es que seamos religiosos. Confiemos en las misericordias de Dios, dependamos de ello siempre, porque nadie puede salir de la miseria espiritual, sinos hasta que acepta el ofrecimiento que Dios nos hace de Cristo, porque sólo así somos salvos, tenemos vida eterna y perseveraremos en gloria.

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