Dios nos amó para que tengamos vida eterna

Dios nos ama tanto que dio lo mejor por nosotros para cambiar nuestra condición de muerte por la vida. Si hoy nos sentimos muy mal y no encontramos bienestar es porque hemos despreciado el amor de Dios, porque cuando recibimos el ofrecimiento de su gracia que salva y da vida eterna nos invade la alegría de sentirnos salvos y, además, la presencia manifiesta de Dios nos ayuda en todo. Es así como los hijos de Dios podemos estar bien aun en la pruebas y luchas más difíciles de esta vida.

Ya no debemos pensar que no tenemos nada, porque si poseemos el amor de Dios tenemos el fundamento para buscar con esmero todas las cosas en él. Hoy podemos orar a Dios porque él entenderá y atenderá nuestra causa. No dejemos que la soledad haga estragos en nosotros cuando podemos invocar el nombre de Cristo, cuando podemos sentir la presencia espiritual de Dios y cuando podemos contar con el amor paternal del que lo tiene todo y quiere lo mejor para nosotros, pues su amor es inagotable. Pensemos en estas palabras, que nos recuerda cuanto Dios nos ama y nos muestran el propósito de su amor: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» Juan 3:16

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