Si creemos en Cristo tenemos paz en este mundo de aflicciones

El evangelio se encarna en nuestra vida y nos da paz en medio de las tempestades de esta vida. En las palabras del evangelio hay promesas de paz y advertencia de aflicciones, las cuales se cumplen en nuestras vidas y así la paz forma parte de nuestra existencia con la que podemos vivir en este mundo en donde hay permanentes aflicciones. La paz es tan cierta que, al ser depositado el evangelio en nosotros, no sólo disfrutamos de la paz, sino que también recibimos el ministerio de la pasificación, es decir, al compartir el evangelio a otros también les llevamos la paz.

“Cristo es el evangelio de la paz, pues él es quien nos reconcilia con Dios con la obra de su cruz, por eso es por lo que, la paz que podemos sentir en la vida y con la que llegamos a ser vencedores en el mundo ante satanás, ante el pecado y en las tribulaciones, es la paz que surge después de que Dios quita su ira de nuestras vidas, ya que recibimos el perdón de nuestros pecados y las promesas de sus bendiciones.”

Podemos sentir paz en las aflicciones por la seguridad que nos da la fe en Cristo, porque precisamente su muerte en la cruz del calvario nos asegura la vida eterna y la victoria ante el mal. La paz no es por la ausencia de las adversidades, sino por la garantía del triunfo y del bienestar a pesar de las adversidades. Al creer en Jesús por la fe confiamos, dependemos y obedecemos sus palabras, así él se hace presente de manera espiritual en nuestras vidas, camina con nosotros y nos participa de su poder con el que venció al mundo, pues parte de sus promesas es estar siempre en nosotros y con nosotros.Cristo enfrentó al mal de manera victoriosa, y esta victoria se va manifestando en nosotros cuando vivimos la vida cotidiana centrados en Cristo. Por esto es importante el conocimiento del evangelio y el apego al mismo al practicarlo, así hay transformación y cambios en nuestras vidas y nos aferramos más a todas las promesas del evangelio. Cuando somos transformados por el evangelio es un indicador de nuestra madurez y crecimiento espiritual, así estaremos más firmes y seguros en Cristo para afrontar con la paz las aflicciones.

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