Dios no se queda oculto y sin hacer nada cuando lo invocamos

En cada respuesta a nuestras oraciones conoceremos más a Dios manifestado en poder. Nuestras oraciones nos permiten ver lo que no se puede ver a menos que actuemos en fe en los momentos más difíciles de nuestras vidas, en donde todo parce imposible y perdido. La queja y la murmuración en las tribulaciones solo dan lugar a la miseria y al mismo satanás. Es en la adversidad en donde tenemos la oportunidad de echar mano de la oración con más determinación para ver la gloria de Dios manifestándose para socorrernos.

«Si nuestros problemas son grandes y satanás es poderoso, busquemos a Dios en oración y podremos experimentar y conocer que Dios es todopoderoso y que para él no hay nada imposible. Cuando llegamos a la verdadera convicción de quién es Dios y tenemos comunión con él todas nuestras oraciones serán la oportunidad de gozarnos en saber y sentir cuanto nos ama, pues Dios nunca se quedará oculto o sin hacer nada cuando sus hijos clamamos a él.»

Hay que reconocer, que cada circunstancia difícil en la vida nos hacer ver nuestra pequeñes e insuficiencia, porque a la vez, Dios quiere que aceptemos que necesitamos de él, que está dispuesto para ayudarnos y que tiene un plan de salvación por medio de Cristo. No nos centremos en las dificultades, hay que aceptar el plan que Dios tiene para nuestra vida, porque así aun en las circunstancias difíciles vamos a estar bien, porque estaremos disfrutando a Cristo.

Veamos cada momento de tribulación como respuesta de Dios para que seamos mejores, llenos de su gracia y de las riquezas celestiales. Todo el que ora a Dios centrado en la Palabra tendrá respuestas maravillosas, porque si en lugar de mirar a los problemas, miramos a Cristo tomarán lugar en nuestra vida las promesas de Dios y las bendiciones, así es como podemos superar disfrutando cualquier adversidad. Clamemos a Dios para que Cristo sea revelado en nuestras vidas, así conoceremos la gracia y el poder que salva.

Compartir