Sigue adelante, Dios está contigo

“No temas, porque yo estoy contigo”. Esta Palabra de Dios es una promesa, pero también es un mandamiento; debemos confiar en la presencia de Dios, pero también debemos honrar la presencia de Dios, es decir, hay que tener la seguridad de que Dios nos acompaña para bendecirnos, con su protección, provisión y dirección, pero también en todos nuestros planes y acciones hay que actuar en obediencia, pues él lo ve todo y demanda siempre lo correcto. Si Dios dice que está presente para ayudarnos, entonces, el no confiar en él es pecado.

«La sobre preocupación, el miedo y la inactividad por todas las cosas que se oponen demuestra falta de dependencia en Dios y falta de aceptación de todas sus promesas. Hay que depositarnos en las manos de Dios esperando en todas sus bendiciones, pero también buscando su asistencia para que en los roles de nuestra vida diaria actuemos con responsabilidad y diligencia. La mano de Dios es fuerte para levantarnos, sostenernos y para hacernos perseverar ante todos los obstáculos que el maligno nos pone para estorbar nuestro andar en fe y en la comunión con Dios.»

Si el Dios dueño de todo, Creador y Sustentador de todas las cosas es nuestra fuerza, no debemos afanarnos, sino ocuparnos en lo que en su voluntad nos ha concedido hacer como parte de nuestra vida cotidiana. Aunque cada día trae sus propias preocupaciones, también en cada día contamos con las bendiciones de Dios. Cada experiencia amarga, cada tribulación y adversidad sirve para conocer más a Dios a través de sus manifestaciones maravillosas, ya que, si él dice que su mano poderosa nos atiende, significa que nada puede impedir lo que en su voluntad está determinado que hagamos.

Si Dios ha decidido estar con nosotros hoy, fue porque así lo ha prometido desde el principio y cumplió la promesa a través de Cristo, él es Emmanuel; Dios con nosotros y en nosotros. Esto significa que no necesitamos más que a Dios, que si Dios está con nosotros eso es suficiente, porque Dios es lo más importante, su presencia es lo más relevante en la vida humana, y además es lo más gozoso.

Si Dios está con nosotros y a favor de nosotros, no importa lo que esté en contra de nosotros. La fuerza y la gloria de Dios que manifiesta en la vida de los que le creen hace capaz lo que para nosotros es imposible e inalcanzable, por esto es lo que, no debemos desmayar, sino que debemos continuar en la marcha de la fe.

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