Cristo es la eterna respuesta de Dios para la solución de nuestro mal

En la providencia de Dios Pedro no tenía dinero en ese momento, pero tenía el evangelio, Dios provocó esa ocasión para glorificar a Cristo, para sanar y salvar a un hombre enfermo y perdido. Dios nos hace ver que en cualquier circunstancia Cristo es lo mejor, él es la solución para nuestra vida y el medio para que las bendiciones de Dios sean recibidas. Nada puede compararse con lo valioso que es Cristo y con los efectos que provoca en la vida, pues más que sanidad y bienes materiales, por medio de Cristo recibimos la vida eterna después de ser perdonados y reconciliados con Dios.

“Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.” Hechos 3:6-8 RVR1960

Por medio de la fe podemos creer en Cristo y depositarnos en las manos de Dios para que se cumpla su plan salvador a pesar de nuestra condición y de todo lo que se oponga; nada puede detener la obra de Dios en nuestras vidas. Si hoy estamos pensando que nuestros problemas son muy grandes y que no podemos, ahora mismo debemos buscar la ayuda del que todo lo puede, pero, la manifestación de buscar la ayuda correcta en quien verdaderamente nos puede ayudar, es que, primero busquemos lo más importante, lo cual tiene que ver con la solución de nuestro problema espiritual, así lo demás será resulto a la manera de Dios.El nombre de Cristo es sobre todo nombre, porque él es el Hijo de Dios enviado para salvarnos, en su nombre está escrita su obra para nuestra salvación, porque precisamente vino a dar su vida en rescate por la nuestra. Cristo vino a librarnos del mal y a darnos la victoria sobre todo aquello que se opone a nuestro bien, sus resultados son maravillosos porque nos une con Dios, así podemos disfrutar de él para siempre y glorificarlo de todo corazón. No busquemos el remedio para nuestro mal espiritual fuera de Cristo, no confiemos en nada más para solucionar nuestros problemas profundos, recibamos por la fe a Cristo, porque por la misericordia de Dios él es la eterna respuesta para nuestra vida.

Compartir