Dios quiere lo mejor para nuestra vida

No sintamos miedo por el mañana, ni tampoco tengamos tristeza al pensar que nuestro futuro puede traernos muchas necesidades. Si el momento que nos está tocando vivir nos hace pensar en un mañana incierto, debemos confiar en Dios y esforzarnos en él, debemos depender de todas las promesas de Dios en Cristo, es decir, hay que poner nuestra fe en Cristo porque de inmediato somos salvos por él y porque podemos pedir a Dios todas las cosas que necesitamos. Por medio de Cristo también hay que ser esforzados en los que nos corresponde y así estemos contentos con cualquiera que sea la voluntad de Dios para nuestra vida.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.” Jeremías 11-13

Hay que ser responsables al vivir y prontos para cultivar la comunión con Dios, para vivir la vida haciendo todas las cosas para la gloria de Dios, es decir, todo lo que Dios nos ha dado como capacidad espiritual y todos nuestros dones sirven para que le honremos, pero también para que nos vaya bien a su modo. No dejemos que la pereza nos domine para no desempeñarnos en nuestros roles y por ello sufrir necesidades, ni seamos tibios o mediocres en cuanto a nuestra fe, sino que debemos echar mano de todos los medios espirituales, para creer más, crecer, y dar frutos.

Dios revela en su Palabra todo lo que quiere para nosotros y ha demostrado sus buenos propósitos al enviar a Cristo para que muriendo en la cruz nos salvara. Dios ha hecho un pacto y todas las bendiciones de ese pacto son fieles y verdaderas, pero, además, Cristo cumpliendo las exigencias del pacto con su derramamiento de sangre nos asegura todo.

No tengamos falsa esperanza al confiar en nuestros propios medios, capacidades y poder, ni esperemos nada bueno de este mundo, porque nada, ni nadie puede darle solución a nuestra miserable condición fuera de Dios. Clamemos a Dios, busquemos a Dios, esperemos en Dios y amemos a Dios de todo corazón porque su propósito es bueno para nuestra vida y es un propósito que se cumplirá, porque ha hecho todo lo necesario para eso por medio de Cristo.

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