Dios nos ofrece cuidados y salvación

Dios quiere tratarnos como su rebaño, como lo más querido, pero también como lo más necesitado. Hay que confiar que Dios nos ama y que cada palabra que ha revelado debe ser tenida como verdad, por eso hay que recibir todo en confianza y en obediencia. Dios conoce cuales son nuestras batallas de todos los días y se ofrece para acompañarnos, para defendernos y para pelear por nosotros.

«Nuestra salvación es obra de Dio y hay que creer que todo lo que enfrentamos en la vida diaria nos hace ver que necesitamos de Dios. No podemos vencer al mal solos, no podemos deshacernos del pecado y de sus consecuencias con nuestros propios recursos y toda la fortaleza para avanzar por sobre las oposiciones cotidianas viene de Dios.»

Dios nos protege, nos dirige y nos provee como un pastor lo hace con su rebaño, pero por eso debemos aceptar nuestra incapacidad e insuficiencia, porque no podemos valernos por nosotros mismos. Hay que atender al llamado de Dios y con confianza se tiene que acatar su voluntad, porque de lo contrario no podemos tener la seguridad que Dios nos da ni la satisfacción que viene de él. Quien no obedece a Dios se queda sólo, perdido y a merced de la destrucción. Sólo Dios puede salvarnos y, ya nos ha dado a Cristo en quien tenemos creer para que se cumpla este propósito.No podemos resplandecer, no podemos ser exaltados ni podemos prosperar en la vida a la manera de Dios, si él no nos hace resplandecer con la manifestación de su gloria. Así que, si Dios se ha mostrado bueno para con nosotros, debemos clamar a él, buscar su ayuda, disfrutar la vida adorándolo y cultivando la comunión con él, porque de lo contrario seremos como una oveja sin pastor y como lo que no tiene valor, pues la vida sin Dios es vana y pobre.

Compartir