Con mucho agradecimiento debemos clamar a Dios reconociendo su gracia con la que nos salva. Toda aquella persona que cuando se acerca a Dios lo hace en alabanza, en realidad está reconociendo quien es Dios y por eso también sus peticiones serán oídas, porque solamente cuando le damos a Dios la gloria por quien es él, nuestro conocimiento es verdadero y la fe es correcta.
«Siempre que busquemos la ayuda de Dios debemos ser movidos por el agradecimiento, es decir, Dios siempre espera nuestras oraciones de clamor, pero también por causa de nuestro bien él espera la alabanza del corazón. Una oración religiosa se centra en las peticiones, más una oración cristiana genuina se centra en Dios.»
El reconocer la gloria de Dios y su presencia majestuosa llenará siempre nuestro corazón de confianza y por eso tendremos la seguridad de que Dios puede ayudarnos en esos tiempos de adversidades y de necesidades, porque nada puede contra Dios y porque posee todo lo que necesitamos. Tomemos en cuenta que también cuando alabamos a Dios, es decir cuando le damos alabanzas, en eso hay peticiones y Dios se manifiesta en medio de la alabanza de su pueblo.Es una gran bendición saber que Dios nos da la victoria y su protección, por eso jamás debemos dejar de estar buscando su presencia por medio de Cristo. No dejemos de someternos a él y de reconocer su presencia, porque cuando eso ocurre de manera natural estaremos bajo su amparo. Esto quiere decir, que quien vive en la presencia de Dios para darle gloria, también disfrutará de todas sus bendiciones y de su ayuda. Sigamos siempre adelante a pesar de las adversidades, pero hagámoslo clamando y cantando para que estemos bien.