
La capacidad para servir viene de Dios, ante ello debemos ser agradecidos porque eso es el resultado del favor de divino que no merecemos. Hay capacidades especiales para servir a Dios de manera especial en aéreas específicas para el crecimiento y la madurez cristiana, para el alcance de las almas perdidas y también para nuestro propio provecho.
“Pero aún las capacidades para llevar acabo nuestros oficios y profesiones son un don de Dios para que tengamos un medio de provisión, pero claro está, Dios quiere que eso también lo pongamos a su servicio con el propósito de servir a los demás. En todo lo que podemos hacer hay que tener como prioridad la gloria para nuestro Dios y el bienestar para nuestro semejante.”
En nuestra vida cristiana tenemos que ser activos, esmerados y esforzados para trabajar en la obra de Dios. La manifestación de nuestro crecimiento cristiano y nuestra madurez será visible por los frutos y resultados en nuestras labores ministeriales. Todo lo que necesitamos para afinar nuestro ministerios Dios lo pone al alcance y lo tenemos cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo a través de la Palabra del evangelio.Cuando los creyentes somos prósperos en nuestros ministerios, seguramente también vamos a prosperar en otras áreas de nuestras vidas, esto será a la manera de Dios. Estemos seguros que todo lo que Dios nos dé como bendiciones cuando hacemos todo para él, ya sea mucho o poco, todo eso nos dará satisfacción, porque claro está, lo más importante es que Dios está con nosotros y nos ha hecho participar de lo mejor a través del evangelio. Hagamos uso de todas las capacidades especiales que Dios nos ha dado y disfrutemos servir con fidelidad y esfuerzo. Seamos útiles para la gloria de Dios y para el bien de nuestro prójimo.