Israel campos

Llevando el evangelio a todas las naciones

No nos estanquemos, por sí es posible avanzar con la ayuda de Dios

No nos estanquemos, por sí es posible avanzar con la ayuda de Dios

Confiemos en Dios y no en las personas, las personas fallan y siempre hay que luchar, aunque sea solos, pero con la ayuda de Dios. Si te has estancado por la decepción, por la tristeza y porque esperabas más de las personas, hoy es tiempo para que te levantes, debes seguir tu camino y tus proyectos. Lo más importante en nuestra vida es la presencia de nuestro Dios, es que estemos en la comunión con él y que le seamos fiel en eso para lo que nos formó en el vientre de nuestra madre.

No esperes nada de la gente mediocre y necia, haz lo que puedas para ayudarlos, pero no dejes que te arrastren a su propia pobreza de mente y de espíritu. No desmayemos ante los problemas que nos rodean, porque hoy tenemos la promesa de Dios que hace posible que sigamos para adelante: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10 RVR1960

Demos nuestra mano a Dios todopoderoso y lleno de amor quien quiere guiarnos por esa senda de gran satisfacción por sus bendiciones y misericordias. La mano de Dios es nuestra fortaleza, nuestro soporte, defensa y provisión. Cambiemos nuestro pensamiento pesimista y seamos optimistas al saber que Dios va con nosotros, que no nos dejará y que se encargará totalmente de nuestra vida hasta que todos sus planes y proyectos se cumplan en nosotros y con nosotros.

Hagamos la voluntad de Dios y no la voluntad de las personas, actuemos conforme a las promesas de Dios y no de acuerdo con las circunstancias. Actuemos con la fuerza de Dios y no con la nuestra. No seamos sabios en nuestra propia opinión, sino que debemos tomar la palabra de Dios como la regla para nuestro proceder, y de la misma manera, hay que ser valientes no por soberbia, sino porque confiamos en la presencia de Dios y en todas sus obras. No nos estanquemos, porque el agua que no corre se echa a perder y no tiene ninguna buena función, vayamos por eso planes y propósitos para glorificar a Dios y disfrutar con satisfacción la vida bendecida por él.

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