
Dios quiere que pongamos nuestra seguridad en sus manos, así gozaremos vivir tranquilos, porque todo lo que Dios haga para protegernos es eficaz y lo que permite en nuestra vida trae bendiciones eternas. No nos decepcionemos de Dios porque algunas veces no sucedan cosas, creamos que como quiera que sea siempre en las manos de Dios estaremos bien y veremos su gloria.
«Cuando pasamos por fuertes circunstancias dentro del plan de Dios no es para que dejemos de creer en él, sino para que nos aferremos más a sus promesas y para que confiemos que nada escapa de su poder y de su voluntad. Si grandes son las pruebas, mayor es el amor de Dios y en esa lucha fuerte veremos sus maravillas y así nuestra vida de fe madurará más.»
Al recibir un nuevo día no tengamos miedo de vivir, porque como hijos de Dios nuestro padre nos protegerá y nos proveerá y cuando vayamos a dormir no nos afanemos por las cosas pendientes y por los problemas, porque nuestro buen Dios quiere que reposemos, que recuperemos fuerzas y que recibamos su paz. Cuando no confiamos en el cuidado de Dios vivimos intranquilos y queriendo nosotros tener el control en todo, pero eso aflige nuestra alma.Pidamos a Dios que nos ayude a vivir con sabiduría y prudencia tomando todas las precauciones para nuestra seguridad, pero que esto no nos haga independientes de Dios, más bien, consideremos que todos los recursos y capacidades que tenemos nos llegan como bendiciones, pero que lo más importante ocurre en lo espiritual, ahí cuando Dios actúa, aunque no podemos verlo. Toma ahora un momento de tu tiempo y agradécele a Dios por los cuidados que te brinda y encomienda tu vida en sus manos.