Aunque las pruebas sean muy difíciles no hay que perder la fe, porque si Dios permite las pruebas él nos ayuda a superarlas, nos aumenta la fe, nos enseña a perseverar confiando y aprendemos a glorificar su nombre en agradecimiento por la gracia y el poder que nos comparte.
“No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla.” 1 Corintios 10:13 RVR1960
En los tiempos difíciles no debemos caer en el desánimo, más bien tenemos que animarnos a conocer más a Dios, porque si actuamos considerando su palabra vamos a buscar su ayuda seguro que con él podemos superar todo y nos aferramos por Cristo en todas las promesas divinas.
Dios controla las circunstancias de las pruebas para que podamos ser vencedores y nos provee lo necesario para que seamos victoriosos, porque Dios quiere que en esa experiencia de fe la vida sea grandemente bendecida. Enfrentar las pruebas es un ejercicio de fe, y al vencer porque Dios nos da la solución es un tiempo para sentirnos muy amados por él.
En las pruebas aprendemos a humillarnos delante de Dios, ha dejar la soberbia para buscar la fortaleza en él y en este proceso nos queda claro que la salvación es un regalo de Dios, porque él es el único que puede ayudarnos a superar y a perseverar en las pruebas, ya que, de lo contrario, espiritualmente seríamos derrotados cayendo bajo el poder del pecado y de satanás separados de Dios. Así que, creamos que Dios nos ayuda a superar las pruebas.