
La misericordia de Dios nos alcanza, por eso, aunque estemos en momentos de tribulaciones, tengamos presente, que nada de las cosas que enfrentamos hacen que ya no tengamos el amor de Dios, mejor pensemos que eso que estamos enfrentando Dios lo permite para que ahí podamos disfrutar de su amor, cuando él se apresura para ayudarnos. Incluso, aun cuando Dios tarda en actuar, ahí también opera su amor, porque él siempre hará que seamos bendecidos espiritualmente, es decir, que seamos perfeccionados y que aprendamos a perseverar en fe.
«Dios decreta bendiciones en la vida de sus hijos y en su pueblo y esto se cumple. Así que, al iniciar el nuevo día tengamos la confianza en Dios y la esperanza de que nos acompañará su amor, es decir, su misericordia nos asistirá para que podamos vencer a satanás, para que tengamos victoria sobre el pecado y sobre los sufrimientos.»
Debemos orar a Dios buscando su ayuda y él nos oirá, y de la misma manera, debemos glorificar su nombre celebrándolo al reconocer su misericordia para con nosotros, sin la cual no estaríamos bien. Que no se nos olvide que Dios siempre tendrá compasión por nosotros, y que, por eso mismo, en los procesos difíciles no busca nuestra destrucción, sino nuestra edificación.Si pecamos Dios nos muestra su misericordia al perdonarnos, esto no quiere decir que entonces podemos ir al pecado y no pasa nada porque el perdón es seguro. El que en verdad reconoce el amor de Dios no tiene como plan ir al placado, sino salir cada día de él consagrándose a Dios quien nos trata de manera benigna sin que lo merezcamos. Al reconocer la misericordia de Dios somos movidos a él para amarlo y servirle en todo. Por todo esto, disfrutemos la misericordia de Dios y adoremos su nombre.