
El deseo descontrolado por las cosas materiales hace que la persona no disfrute las cosas aun cuando tenga abundancia. El amor a la riqueza lleva a las personas a vivir la vida enfocadas únicamente en las vanidades de la vida y actúan sin control movidos por el pecado y satanás, porque la raíz de todos los males es el amor a las finanzas. Nunca traerá nada bueno y eterno cuando se vive la vida deshonrando a Dios y afectando al prójimo con la intención de obtener cosas materiales.
«El verdadero gozo no es el resultado de la abundancia material de este mundo, sino por la presencia de Dios, porque donde está Dios presente se manifiesta para bendecir a su pueblo, y esto es por el resultado de ser reconciliados con él por medio de Cristo, porque así nuestros pecados son perdonados y Dios nos recibe como sus hijos amados, para proveernos lo que quiera darnos, y su presencia es suficiente para que estemos bien por toda la eternidad, ya que él nos salva en Cristo y nos ofrece su gloria como herencia.»
Si Dios ha dicho que estará con nosotros hay que creerlo y esa debe ser la base de nuestra alegría. Por lo tanto, aprendamos a confiar en Dios, que sea su presencia la que nos inspire y fortaleza para hacer todas las cosas conforme a su voluntad esperando las bendiciones. Aunque ahora no cuentes con cosas materiales, mantén tu dependencia en Dios, agradece porque Dios es poderoso para hacer milagros y está obrando espiritualmente en tu vida, para enriquecerte con el evangelio.La seguridad para nuestra vida en el presente y en el futuro no está en este mundo ni en sus cosas, sino en el hecho de que Dios ampara a sus hijos. Hoy podemos vivir con certeza, aunque muchas cosas no están saliendo como queremos en lo laboral y aunque corran muchas noticias negativas sobre necesidades que pudieran tocar la puerta de nuestro hogar. Estamos seguros de que nada nos puede pasar si Dios no lo permite, y el puede hacer que lleguen las bendiciones que ha decretado para nuestras vidas, por eso vivamos contentos confiando en Dios.