Por causa del pecado se rompió la comunión entre Dios y el ser humano, pero, además, el camino para volver a Dios quedó cerrado y todos bajo oscuridad por la influencia de satanás. Sin embargo, Dios en su infinita misericordia nos proveyó a Cristo quien vino del cielo a la tierra y nos unió con Dios siendo él el camino perfecto para que estando con Dios recibamos la vida que se perdió por el pecado. Cristo es la verdad que nos saca de la mentira de satanás, quien engañó a nuestros primeros padres y quien mantiene engañados a quienes no reciben con fe a Cristo.
«Satanás mantiene a las personas perdidas en los deseos pecaminosos y en una vida que totalmente se vive en oposición a Dios. Cuando el evangelio llega a la vida humana, lo pone en dirección de Dios, por eso al creer en Cristo se experimenta el arrepentimiento y de eso se establece la comunión con Dios y en Cristo mismo podemos cultivarla. No seamos como las olas del mar movidos por el mal, estemos firmes en Cristo viviendo en la verdad y disfrutando las bendiciones de Dios.»
Satanás eleva voces seductoras que ofrecen el deleite en el mundo, pero debemos tener muy claro que bajo la dirección engañosa de satanás hay destrucción y muerte. De esta condición espiritual solamente podemos salir si atendemos con mansedumbre la palabra del evangelio, siendo el tema central Cristo quien vino a derrotar a satanás en la cruz del calvario, porque por Cristo tenemos perdón de pecados y entrada a la gloria celestial para vivir con Dios eternamente.
Sin Cristo las personas van caminando al infierno, porque satanás bajo mentiras hace creer que ese es el mejor camino, sin embargo, la realidad es que, ese camino es de muerte y de condenación eterna. Así que, solo podemos conocer a Dios mediante Cristo quien es la verdad, solamente podemos llegar a Dios en Cristo quien es el camino y podemos recibir la vida eterna que Dios nos ofrece mediante Cristo.